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La sabiduría del colectivo técnico es fundamental ahora |
Los Gallos siguen perdidos en la temporada de la pelota cubana. A falta de tres partidos para que se cumpla la mitad de los 96 juegos del calendario, el elenco espirituano aún no encuentra la fórmula ganadora, a pesar de tener una de las mejores nóminas del campeonato.
Con cada tropiezo crece la impaciencia en una afición que ha visto a su equipo en las últimas ocho postemporadas, y que ahora duda de que repitan la actuación, y lo peor: empieza a decepcionarse.
Sancti Spíritus (21-24) comparte con Metropolitanos (21-24) el quinto lugar de occidente, donde tienen el boleto asegurado para los play off, si el torneo finalizara hoy, las selecciones de Industriales (28-16), Matanzas (25-19), Cienfuegos (25-21) y Pinar del Río (25-24).
Esta situación coloca a Los Gallos a 2.0 juegos del cuarto lugar y con desventaja de 3.5 sobre cienfuegueros y 4.5 ante los Cocodrilos, que han perdido nueve de sus últimos diez encuentros.
Considero que la diferencia es relativamente corta, si se sabe que a la serie le restan 51 juegos.
Para los optimistas, les digo que en la campaña pasada, en el juego 45, los espirituanos acumulaban solo una victoria más y que estaban empatados en el cuarto-quinto escalafón con Industriales, pero a 10.0 juegos del líder y a 8.0 y 6.5 de los ocupantes del puesto dos y tres.
Como se puede apreciar, ahora la distancia es menor, por lo que es perfectamente posible borrarla, solo que para ello el grupo está obligado a retomar los parámetros habituales en defensa, pitcheo de relevo y el bateo.
Con el guante, las cosas han mejorado, tanto que se promedió 1,5 errores durante los primeros 33 choques; mientras que en los últimos doce es de 1,1. No obstante, es imprescindible que el average de .964 se acerque a la media del torneo (.973) y que se acaben de una vez y por todas, los desaciertos mentales –tan dañinos como los que van a las estadísticas- y la apatía de algunos defensores en determinadas situaciones de juego, que facilitan carreras del rival.
El pitcheo, de forma general, sigue siendo el departamento más estable, como lo demuestra el sexto lugar que ocupa en promedio de carreras limpias (4.06) y el séptimo que menos le batean los contrarios (.271). Sin embargo, esos guarismos se deben al desempeño de los abridores, que son quintos en efectividad (3.75). Por ello, es que cuestiono la labor de los relevistas, quienes han venido en 23 ocasiones con ventaja y solo acumulan 3 victorias y 11derrotas, con apenas 5 juegos salvados, de los cuáles cuatro van la cuenta de novatos.
Además, de los 24 fracasos, 12 han sido por diferencia de una carrera y seis por 2. La mayoría de esas decisiones (11) se han producido a partir del octavo capítulo, lo cual ratifica la imperiosa necesidad de encontrar cerradores efectivos.
Si bien los novato Javier Vázquez (1-2; 1 js; 2.89) y Omar Guardarrama (0-1; 1js; 3.48) han tenido buenos trabajos; así como el también debutante Leodanis Pérez (1-1; 2js; 4.60), justo es decir que en ellos no puede descansar la responsabilidad total de preservar éxitos.
Considero que se le debe dar más oportunidad a Dany González (0-1), quien ha sido “crucificado” por errar en las 2.1 entradas que tiró al inicio de la serie; mientras se confía a ciegas en un Yoarisleivis Panamá, que como lanzador sustituto trabaja para efectividad de 9.00, en diez actuaciones, de las cuáles nueve han sido malas.
La salida en esta serie del avileño Lázaro Santana (7-2; 1 js) dejó al equipo sin un hombre confiable, rol que en teoría puede asumir Yaniel Sosa (0-3; 4.50), pero que en la práctica no ha sido. De todos modos, es pertinente evaluar y confiar en las posibilidades del cabaiguanense y también en González, porque experiencia les sobra a ambos para, al menos, sacarle provecho en determinados momentos.
Hasta donde sabemos, la principal virtud de Los Gallos es la ofensiva. Al menos, a mi me queda claro, que es lo mejor que ha hecho el equipo en las últimas ocho temporadas, en las que siempre clasificó para la postemporada. Por tanto, se hace vital que los bates saquen música y salgan del onceno lugar que tienen en promedio colectivo (.276), a cinco puntos de la media.
La crisis ofensiva, de acuerdo con mi apreciación, es más acentuada, porque se ha carecido en toda la temporada de un primer bate capaz de cumplir el rol de embasarse.
Vale señalar que Robersi Ramos compiló como hombre proa .200
(85-17). La severa lesión sufrida por el muchacho, con los dotes naturales para asumir ese turno, obligó a colocar a Orlando Acebey, quién produjo de 48-9 (.188). Desacertado en ese papel también ha estado en los últimos ocho encuentros el segunda base José Ramón Alfonso (32-5= .156), que ha jugado en 41 juegos de la campaña, en los que batea para un bajísimo .217.
Pienso que no sería ilógico darle un chance como camarero a Yoandi Baguet, que sin dudas es el único que cumplió la tarea de primer bate (15-5= .333), en los cuatro partidos en los que se utilizó.
Esas son, según mi criterio, las razones visibles por las que Sancti Spíritus pierde más de lo que gana.
Hay tiempo para revertir la situación actual, siempre y cuando el colectivo técnico interiorice estas problemáticas y sea capaz de lograr la cohesión grupal, ya sea con la prédica sabia o la exigencia severa.
Así los aficionados quedarán más satisfechos y de paso se marginarán los tantos criterios que pululan en la calle sobre discrepancias internas, sobre las cuáles no tengo el más mínimo conocimiento.
En medio del adverso momento que viven Los Gallos, en cuanto a ganados y perdidos, valdría la pena recordarles a todos los miembros del equipo que hay un pueblo pendiente de ellos y que no da cabida a la existencia de algunas miserias humanas que lastran.
Vale la pena recordarles a nuestros muchachos que ese pueblo, para el que juegan, merece respeto, mas en estos tiempos, en los que intentamos recuperar en la provincia un orgullo que se había perdido en anteriores años.
Los Gallos son expresión de identidad para Sancti Spíritus. Con sus derrotas, sufrimos. Con los triunfos nos alimentamos espiritualmente.
Es por ello que le pedimos entrega total en el terreno. De seguro, Owen Blandino se alegraría; así como otras figuras legendarias de ese equipo, entre los que se me ocurre pensar en Modesto Verdura o Lourdes Gourriel.
A falta de 51 juegos, no es utópico soñar con los play off, máxime si sabemos que en la serie 48 el equipo llegó al juego 45 con balance de 17 y 27 y al final se clasificó.
El pueblo espirituano confía en el talento y capacidad de los atletas y del cuerpo de dirección. Por lo tanto no acepto creer que Los Gallos estarán fuera de la fiesta grande de la pelota cubana.