Foto: Osvaldo Gutiérrez |
Apenas una entrada pudo trabajar el Jugador Más Valioso del campeonato sub-23. En el episodio regaló boleto al primer bateador Otoniel González, quién llegó a la intermedia por wild pitch y después hasta la antesala por cohete del segundo en la alineación Juan C. López.
Con hombres en las esquinas el tercero en la alineación Walter Pacheco elevó al centro e impulsó carrera, y acto seguido el cuarto madero, Yurién Vizcaino bateó para doble play.
En el siguiente episodio el muchacho llegó al box y desde allí tuvo que salir sin apenas calentar. Sin tener a mano los detalles, el más lógico de los sentidos hace pensar que volvió a resentirse.
El estreno en series nacionales del pitcher espirituano se produjo el mismo día en que se esperaba el resultado de una resonancia magnética realizada en la Habana y que debía aportar luz sobre las molestias que tenían en dique seco al que quizás sea uno de los principales talentos del pitcheo en Cuba.
La salida frente a los naranjas Roberto la hizo después de llevar dos semanas tirando, aunque no con mucha intensidad, pero sí incrementando la cantidad de lanzamientos, según manifestó al periódico Escambray.
“Tuve la oportunidad de lanzar un inning con el equipo juvenil y aumenté un poco la velocidad. No hubo molestias” agregó.
La anterior salida del derecho fue el 29 de junio en la Liga Canam, en la que tiró relevo de 1.2 ining a ritmo de dos jit, un boleto y par de ponches frente a New Jersey Jackals
Esa labor le permitió terminar con efectividad de 3.86 en su primera experiencia con la selección nacional, con la que había tenido el bautizo de fuego el 16 de junio, frente a Ottawa Champions, con apertura de 3.0 actos, cinco jits, dos boletos, un ponche y par de carreras limpias.
Ojalá la próxima presentación de Robertico sea bien pronto, aunque lo sucedido en el Sandino genera dudas del posible retorno.
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