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| Aumont fue un verdugo para Cuba |
El principal protagonista de la humillación a la selección antillana resultó Phillippe Aumont, lanzador nacido el siete de enero de 1989 y quien trece años atrás mostró el talento que tenía en el estadio José A. Huelga.
El entonces juvenil visitó Sancti Spíritus como integrante del equipo canadiense que participó en el XXII campeonato del mundo de esa categoría.
En aquella ocasión el seleccionado norteño había jugado la etapa regular del grupo B en la subsede de Ciego de Ávila, donde las acciones acontecieron en los estadios Paquito Espinoza, de Morón, y en el José Ramón Cepero de la capital avileña.
La presencia de Aumont en tierras espirituanas se produjo en la discusión de las medallas, en la que Canadá perdió en la semifinal ante Corea del Sur (6-1), aunque se agenció el metal bronceado con victoria sobre México (6-2).
Precisamente en el partido que definía los aspirantes a la corona, el dirigido por Greg Hamilton fracasó ante los asiáticos, tras permitir una anotación en la segunda entrada -dio dos boletos y propinó un pelotazo-, y soportar otras dos en el quinto, por el tercer cuadrangular en el torneo del inicialista Lee Doo Hwan.
Vale recordar que los coreanos se llevaron el oro, tras superar 4x3 en diez entradas a un elenco de Estados Unidos en el que sobresalía el tercera base Mike Moustakas, hoy estrella en Grandes Ligas.
En esa competencia del 2006 el primer lanzador de los canadienses terminó con balance de 1-1 y 3.60 de promedio de carreras limpias y recuerdo con total certeza la endemoniada recta que tenía, la cuál se sostenía entre 95-97 millas.
De las potencialidades del juvenil Aumont quizás se acuerden Pavel Quezada (tercera base), Vladimir García (lanzador) y Freddy Asiel Álvarez (lanzador), participantes en el aquel mundial juvenil y quienes fueron testigos el martes en el Gocheok Sky Dome de Seúl, de la soberbia labor del gigantón de 240 libras y 2.01 metros de estatura.
Tan exacto trabajó el diestro norteamericano que se mantuvo durante ocho episodios, en los que recetó nueve ponches, regaló un boleto y aceptó dos imparables -Yordanis Samón y Yordanis Alarcón- con 95 lanzamientos de los cuáles 67 fueron por la zona de strike.
La labor de ahora resultó similar a la conseguida el pasado 16 de junio, cuando lanzando por el equipo Otawa Champions en la Liga Can-am salió airoso (5x0), con faena de nueve ponchetes, cero boletos y apenas un jit, salido del emergente César Prieto a la altura del sexto episodio. En esa jornada Samón y Alarcón se fueron en blanco, al igual que Frederich Cepeda, a quien le recetó tres ponches en el Premier 12.
Más allá de lo hecho por el bisoño Aumont que jugó en Sancti Spíritus en el 2006, el éxito más reciente de Canadá ratificó el dominio sobre los nuestros, que se traduce en derrotas en los Panamericanos de Toronto-15 (3x1), en el Premier del 2015 (5x1) y los Juegos de Lima-19 (8x6). La última alegría cubana a costa de los norteamericanos se produjo en los Panamericanos del 2011 (9x5).
Resumen del juego Cuba-Canadá
Mas de lo mismo, acabemonos de convencer que lo mejor de nuestro baseball se fue a bolina como el papalote. Los cambios tienen qiue ser GENERALES Y TOTALES...
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