sábado, 26 de octubre de 2019

Ciclón espirituano de Santa Ana debuta en el Latino vestido de azul

(Foto cortesía de Pedro Álvarez)
El ciclón espirituano de Santa Ana quiere recuperar potencia. Luego de una primera vuelta donde sus vientos no hicieron destrozos, Pedro Álvarez intentará ser el lanzador que por méritos propios llegó al equipo Cuba.

De azul en la vestimenta el carismático jugador buscará reciprocar la confianza que Rey V. Anglada depositó en él, al elegirlo de refuerzo para la etapa conclusiva de la temporada 59 del beisbol cubano.

Valiente y atrevida la decisión del director de Industriales, quién de seguro busca al Pedrito que tuvo bajo su mando durante la fatídica aventura de formar la selección nacional que más tarde terminó sexta en los Juegos Panamericanos de Lima.

Y si digo valiente y atrevida es porque el muchacho tuvo una discreta actuación con los Gallos, que lo hacía poco atractivo para ser llamado a fortalecer la nómina de los seis elencos que desde el domingo regresan a los terrenos.

De forma general registró balance de 2-5, con altísimos promedios de limpias (6.70), WHIP (2.06) y bateo contrario (.363). Tan pobre resultó el desempeño que en 47.0 entradas le pegaron 73 imparables (21 extrabases) y aceptó 38 anotaciones, para una media de 13.98 y 7.28, por juego de nueve episodios, respectivamente.

De acuerdo con trascendidos llegados desde la capital, el inquieto lanzador abrirá el tercer juego de la subserie frente a Las Tunas, previsto para el martes, en el feudo de los Leones.

Allí Pedrito consiguió una de las pocas salidas de calidad con los Gallos, el 3 de septiembre. Ese día se anotó su segunda y última sonrisa de la serie, al trabajar seis entradas, en las que toleró dos carreras limpias, a pesar de que le pegaron seis jits y regaló tres boletos.

Después de esa jornada, en la siguiente apertura mostró efectividad ante Granma en el estadio Rolando Rodríguez de Trinidad, donde el 8 de septiembre caminó 6.2 episodios, con una carrera limpia, seis ponches y nueve cohetes.

En el resto de la temporada derrochó gallardía para pedir la bola en busca de las ansiadas sonrisas para su equipo, pero no pudo hacerlo, porque la forma deportiva se había divorciado de la disposición que siempre lo acompaña.

Ahora Pedro Álvarez tiene la oportunidad de resarcirse con Industriales, el equipo que de niño siempre soñó integrar. Esperemos que el azul le regrese los vientos huracanados al Ciclón de Santa Ana, porque su brazo es vital para los Gallos en la serie nacional 60.

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