En la clasificación los espirituanos aparecen cuartos (18-10) y con par de choques pendientes ante Isla de la Juventud (5-19), el peor colectivo del campeonato, lo cuál en teoría pudiera significar una mejoría en el balance de triunfos.
No obstante, el rendimiento de los pupilos de Eriel Sánchez los ubica a 1.5 juegos del líder Camagüey, contrario al que no verán hasta el 17,18 y 19 de noviembre.
Bien cerca de los espirituanos marchan Cienfuegos (19-9) y Santiago de Cuba (20-10), ante los que se sacó un saldo positivo en los duelos particulares, al dividir contra los Elefantes en el Huelga y aventajar 2-1 a las Avispas en el mismísimo Guilermón Moncada.
Precisamente, esa ha sido una característica en el accionar de Sancti Spíritus. No perder en los enfrentamientos de fin de semana y salir airoso 2-1 en los desafíos del martes a jueves.
Por ello, el elenco pueda vanagloriarse de no haber cedido hasta ahora en ninguna de las doce subseries, con la satisfacción de imponerse 2-1 a Granma (18-12), Matanzas (19-11) y Villa Clara (14-14), selecciones que juegan para .500 o más.
En el caso de Alazanes y Cocodrilos andan en la zona caliente, en la que Industriales (18-12) y Pinar del Río (15-14) son los otros inquilinos.
Con división de honores saldaron el match frente a los Leones (18-12), penúltimo en la zona caliente, donde Pinar del Río (15-14) se coló en las horas más recientes
De ahí que los partidos de sábado y domingo ante los Vegueros resultarán interesantes en esa porfía por seguir sin claudicar en cada subserie.
Colectivamente los Gallos exhiben un rendimiento muy bueno en bateo y pitcheo; mientras la defensa se muestra como el talón de Aquiles.
Madero en mano el elenco es tercero (.309), y las carencias en fuerza al bate (12 HR- 15tos) las compensa con una producción de 56 dobletes (2dos) y excelente oportunidad, como refleja el average de .347 (1ros) con corredores en bases.
Además con hombres en posición anotadora registran un aceptable 23.6 por ciento de efectividad a la hora de impulsarlos para el home.
En el pitcheo, los discípulos de Ismel Jiménez e Ifreidi Coss son los terceros que menos le batean (.294), en un torneo que presenta una media de .300 y 5.43 de efectividad. En ese renglón, los lanzadores yayaberos trabajan para 4.86 (4tos).
Con el guante la situación es diferente, al cometer en 28 juegos un total de 33 errores, para promedio de .969 (14tos). Preocupante es que los titulares del cuadro suman 20 marfiladas, repartidas en 7 para el antesalista Rodoleisi Moreno y el torpedero Daviel Gómez, cuatro a la cuenta del inicialista Yunier Mendoza y dos del camarero Daviel Gómez.
En la defensa también los números son rojos para los receptores, que solo han capturado a seis de los veinte que le han salido al robo.
Lo anterior deja claro que urge fildear mejor, aunque para ser honestos, hasta ahora no se han dejado escapar por las pifias. Y paradojas del beisbol, el quehacer al campo ha salvado situaciones que a la postre resultaron claves en el desenlace final del juego.
Más allá de esta radiografía estadística, el paso de los Gallos es bien chévere y estable. Y eso es lo que cuenta cuando se miran los guarismos de la serie.
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