Miguel Borroto, director de Cuba. (Foto: Twitter/@WBSC) |
Me atrevo a decir que la inmensa mayoría soñábamos con que ocurriera una sorpresa para salir airosos ante los titulares olímpicos y reyes en el Premier pasado. Y digo sorpresa, porque si apelamos a la objetividad era predecible el fracaso.
Los coreanos están varios escalones por arriba de los nuestros, quienes en esta competencia se mostraron congelados con el madero. Tan pobre fue el ataque que promediaron .163, con discretísimos OBP 202 y OPS 365, 28 ponches y 16 sencillos durante 28 entradas en las que apenas anotaron tres carreras, todas ante Australia, que por cierto, se clasificó para la Súper Ronda.
Lo más llamativo en la ofensiva cubana resultó la baja mostrada por los dos principales artilleros, Yurisbel Gracial (12-0) y Alfredo Despaigne 12-2). Los campeones del beisbol profesional japonés estuvieron apagados, sobre todo el matancero, a quien en el tercer turno le quedó grande, como grande también le ha quedado el uniforme del Cuba en las competencias más recientes.
Esa situación nos dejó a muchos con deseos de ver cambios en la alineación para el desafío de hoy.
Al margen de esa apreciación, el Premier 12 fue otra evidencia de la calidad de la pelota cubana en el presente.
Ya sea con Anglada o Borroto. Ya sea con Urquiola o Pablo Civil. Ya sea con Juan o Pedro, en el contexto actual los equipos cubanos estarán condenados a quedar distantes de la vanguardia.
Y es que el panorama de hoy en nada se parece a lo visto en el siglo veinte, cuando dominábamos a placer, porque los fenomenales peloteros que teníamos enfrentaban en eventos internacionales, como regla, a jugadores de cuarta y quinta categoría.
Para mostrar mejor cara en eventos foráneos no veo opciones de triunfo para los jugadores que están al amparo de la Federación Cubana.
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