El tropiezo ante la selección oriental agravó el ya de por sí delicado estado de salud de los espirituanos, quienes ahora suman 14 victorias y 18 derrotas. A falta de doce juegos del calendario regular, más otro suspendido con Granma, los dirigidos por Yovani Aragón aparecen decimoterceros, a juego y medio del octavo y último lugar que accede a la segunda vuelta.
Solo una remontada histórica salvaría a Sancti Spíritus. La tarea se hace complicada, sobre todo porque en el tramo final rivalizará con el líder Matanzas (22-11) en el estadio Victoria de Girón y también porque tendrá que medirse con Villa Clara, que marcha séptimo (17-15) y necesita a toda costa ganar. Los otros compromisos parecen asequibles: Camaguey (12-21) y Mayabeque (11-21).
La causa del fracaso ante los indios fue el bateo, sobre todo en el primer y tercer partido en los que se perdió 3x2 y 2x1, respectivamente. Paradójicamente, en los tres encuentros el pitcheo, que había sido el talón de Aquiles en la temporada, se comportó a gran altura como lo evidencia que aceptaron una carrera limpia por partido.
La baja ofensiva ha motivado que en promedio ofensivo el equipo se ubique séptimo (.278); mientras que a la defensa comparten el segundo peldaño (.981) y en el área de los lanzadores presentan la sexta mejor efectividad (3.42)
Lo cierto es que lo sucedido ante Guantánamo vino a confirmar lo que ya habíamos vaticinado, cuando el inexperto conjunto de Cienfuegos dominó la serie por dos-uno y dio, lo que a mi juicio resultó una herida que se vislumbraba mortal. Después de eso, los Gallos perdieron uno-dos con la Isla y tomaron oxigeno al superar a Santiago de Cuba (2-1).
Por el ahora, el grupo tomará unos días de descanso para luego regresar al campo de entrenamiento en busca de encontrar la forma deportiva para asumir la reanudación el 5 de diciembre. Ojala que para ese momento la motivación colectiva siga viva, aun cuando objetivamente la realidad obligue ser cautelosos en los pronósticos.
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