jueves, 14 de noviembre de 2013

Se extingue la ofensiva de los Gallos

Los Gallos necesitan el bateo de Mendoza
La alarma suena para los Gallos. Aunque apenas se han celebrado tres subseries en la temporada del beisbol cubano, el rendimiento del equipo preocupa y mucho.

Y es que tras vencer dos veces seguidas en el debut ante Guantánamo, los espirituanos han cedido en seis, de las siguientes siete presentaciones. De tal suerte aparecen empatados con Camagüey en los puestos 13 y 14.

La mayor inquietud para mí no es el balance actual (3-6), ni la cantidad de elencos que marchan delante; sino la pobre demostración individual y colectiva que han dado los pupilos de Yovani Aragón en el bateo.

Lo sucedido hasta ahora bien pudiera definirse como un desastre, sobre todo en los dos últimos compromisos particulares frente a Villa Clara (0-3) y Pinar del Río (1-2), en los que recibieron un no jit-no run de Fredi Asiel Álvarez y lechada a manos del trío Julio A. Martínez- Alain Castañeda-Isbel Hernández. 

En el duelo ante los campeones nacionales Sancti Spíritus produjo cinco carreras con average de .198 (96-19); mientras que en los partidos más recientes anotaron cinco veces y promediaron .182 (88-16).

Esa paupérrima ofensiva motiva que los yayaberos compilen en el torneo .244 (308-75), lo cual significa que aparezcan oncenos en ese renglón con 15 puntos por debajo del promedio general.

Con hombres en base (159-39) el rendimiento también deja mucho que desear (.245-13º); mientras que con corredores en posición anotadora (161) la situación es más crítica, porque solo han mandado para el home a 24, lo cual da una efectividad del 14.9 por ciento, cuando en la serie la media es del 19.8
A las manquedades descritas se unen decisiones, que en momentos como los que se viven, adquieren notoriedad.

Por ejemplo, en el segundo partido contra los pinareños se dejó batear en el noveno episodio con bases llenas, par de out y diferencia de una carrera al casi novel Jorge Ruíz, quién en series nacionales tenía un jit en seis turnos y en las categorías 15-16 y juvenil  promedió .283 en 385 oportunidades.

Bien pudo salir Daviel Gómez, que en calidad de emergente estaba perfecto en dos oportunidades y en esta campaña totaliza de 7-3.

En el juego del miércoles, el veterano Liván Monteagudo se mandó para tercera con un texas al jardín central a la altura de la séptima entrada cuando se perdía por par de anotaciones y había dos out.

Cuestionable también ha sido mantener en el puesto de designado al novato Luís Serrano (12-2) por delante de Dunieski Barroso (17-6), aún cuando delante estuviera un lanzador zurdo.

Estas apreciaciones son apenas detalles, porque la razón del mal momento que viven los Gallos ya la mencionamos.

Además, es injusto achacarle a los recién llegados la responsabilidad que no han cumplido hombres de la talla de Yunier Mendoza, Frederic Cepeda, Monteagudo y Eriel Sánchez.   

El tercer bate del equipo, que promedia .320 en catorce series, ahora lo hace para .158 (38-6) y si bien ha impulsado a seis carreras, es vital que produzca acorde a su rendimiento histórico.

En el rol de cuarto en el orden al bate Cepeda compila .286 con dos remolcadas y lo peor es que de catorce hombres en posición anotadora solo ha mandado para el home uno.

Eriel (.318), aquejado de una ciatalgia que lo debe mantener fuera por varios días, tiene un doblete como extrabase y de los once compañeros que ha encontrado en tercera o segunda base solo ha podido impulsar uno; mientras que Monteagudo (.296) posee cuatro impulsadas, aunque ha desperdiciado momentos decisivos.

De esos hombres depende el futuro de los Gallos, máxime en estos momentos que se ausenta Eriel.

En medio de la tormenta, la defensa aporta cierta tranquilidad (.979-6º); en tanto el pitcheo demostró una mejoría frente a Pinar del Río (2.66; .269), tras hacerlo en Villa Clara para  4.12, aunque le batearon poco (.258)

De forma general, el cuerpo de lanzadores se ubica octavo por el promedio de limpias (3.65-.277), en buena medida por el deficiente accionar de los relevistas (4.85-.288) que son penúltimos.

Cuando se tiene un calendario de 45 partidos resulta nefasto comenzar mal. Esperemos que en los 36 que restan los Gallos se acuerden de lo que son y canten, so pena de quedarse fuera de la segunda etapa.

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