viernes, 1 de abril de 2011

Los Gallos al borde del colapso

Pinar del Río le ha dado color a su play off: verde, bien verde.

La tonalidad la puso en el estadio espirituano José Antonio Huelga, donde triunfó (6x5), en el quinto juego de los cuartos de final.

Responsable de la victoria fue William Saavedra, quién impulsó cuatro anotaciones, con sus dos primeros jonrrones en postemporadas.

El primero sirvió para descontar una diferencia de cuatro a la altura del sexto episodio; mientras que con el otro dio empate y ventaja definitiva, en el octavo.

“Salí a pegarle a la pelota. Nunca pensé en jonrrones. El día antes hablaron conmigo, que podía ayudar al equipo. Los entrenadores me dijeron que estaba en frecuencia y que debía encontrar mi rendimiento” apuntó el pinareño, al concluir el juego, que tuvo en el relevista Jesús Guerra, al otro protagonista.

El ex miembro del equipo Las Tunas tiró 7.2 entradas, con cinco imprables, uno de ellos jonrrón de Yenier Bello con bases limpias.

“Me cuidé de todos los bateadores, traté de lanzar bajo y me dio resultado” señaló Guerra, hijo de uno de los grandes lanzadores de la pelota cubana.

Los pinareños abrieron el marcador en el segundo capítulo cuando le ligaron triple y sencillo a Ángel Peña.

En la propia entrada los Gallos mandaron a las duchas al abridor Vladimir Baños, con rácimo de cuatro anotaciones.

La otra de los anfitriones la produjo Bello por su segundo cuadrangular de la postemporada.

Parecía que el juego caminaba por cauces tranquilos para los espirituanos, que contaron con buena labor de su abridor durante siete capítulos.

Sin embargo, los pinareños aprovecharon el lógico cansancio de Peña, que inició el octavo con cohete de David Castillo, que anotó acto seguido por doblete de Lorenzo Quintana.

En esa situación Peña fue sustituido por Yoén Socarrás, que dominó a Donal Duarte y Yosvani Peraza, pero no a Saavedra, que en conteo de tres y dos, desapareció la pelota por el jardín central.

Los errores se pagan caros en serie de play off. Y dejar a Peña que comenzara el octavo con cerca de cien lanzamientos fue una de esas pifias imperdonables, más si se contaba con suficientes reservas en el bullpen.

Con desventaja de tres juegos a dos, Los Gallos están obligados a ganar par de veces seguidas en calidad de visitantes, so pena de llegar como nunca, e irse como casi siempre.

El accionar de los pinareños ha ratificado la garra de un equipo al que le pueden faltar nombres, pero que le sobra historia y sobre todo, el talento del cuerpo de dirección para tomar esas decisiones que marcan diferencias. 

“Le dijimos a los muchachos que entre las líneas de primera y tercera todo puede pasar. El béisbol es un deporte impredecible. Muchos no pensaron que clasificaríamos y otros no nos daban opciones en los play off. Pero mira donde estamos ya. Un equipo de béisbol es más que un grupo tirando, bateando o corriendo. Esa mentalidad es la que inculcamos desde el primer día” aseguró el timonel de Pinar del Río, Alfonso Urquiola, quién vio el partido desde las gradas, al ser expulsado en el día anterior.  

El sexto juego entre pinareños y espirituanos se efectuará el sábado en el estadio Capitán San Luís, donde los espirituanos intentarán responder  la hipótesis que hace tiempo pregono: ¿El Ave Fénix fue un Gallo?.

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